contactoreseñasmiscelanea
Mostrando entradas con la etiqueta reseñas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta reseñas. Mostrar todas las entradas

lunes, 19 de octubre de 2015

"La niña del faro" de Jeanette Winterson. Cuéntame una historia, Pew.

- Cuéntame una historia, Pew
- ¿Qué historia, pequeña?
- La historia del oscuro secreto de Babel.
- Era una mujer.
- Siempre dices eso.
- Siempre hay alguna mujer en alguna parte, pequeña; una princesa, una bruja, una madrasta, una sirena, un hada madrina, o una tan malvada como hermosa, o tan hermosa como buena.
- ¿Es esa la lista completa?
- Está también la mujer a la que amas.
- ¿Quién es?
- Esa es otra historia. 


Dentro de los libros que me gustan están, los libros que me gustan, a secas, los libros que me cambian la vida y los libros que me gustan tanto qué no sé expresarlo con palabras y los que me gustan porque me parecen una genialidad y viva la madre que los parió. "La niña del faro" se va de cabeza esta última categoría.

En la contraportada del libros dice el señor editor que si alguien busca una autora contemporánea que tenga la fuerza de Virginia Woolf, la Winterson es la muchacha que busca.


 Ante semejante declaración no puede poner los ojos en blanco y soltar un "Veeeeeenga, chao" mental. Virginia es una de las diosas del Olimpo, y comparte cumbre con Sylvia (Plath) y Will (Shakespeare). Cualquier comparación de alguien con ella hará sacar mi parte más escéptica. 

Con el libro a medias tuve que tragarme mis propias palabras porque la comparación me parece más que justa y legítima y me pillé a mí misma, más de una vez, reconociendo que nadie me había emocionado tanto con la forma en la que Jeanette maneja el lenguaje, con mucha personalidad, ingenio y destreza, como en su momento lo había hecho Vir con su "Al faro" o "La señora Dalloway". Palabrita.

Esta es Jeanette en su casa después de lo que acabo de decir.

No es la historia lo importante. Es cómo está contada la historia. Boquiabierto y ojiplática sigo, dos semanas después de haberlo terminado, ante esta maravilla de libro que huele a brisa marina y sabe a mar.

Esta vez no pienso contar de qué va la historia, presentaré a los artífices de la misma para que os engatusen y os animen a leerlo.

En el eje central de la historia, donde está el faro que tanta relevancia tiene en esta historia, está el cabo de la Ira.
"El cabo de la Ira. Coordenadas en la carta náutica: 58º 37,5ºN, O.
Ahí está. La punta tiene una altura de 184 metros. Agreste, magnífico, imposible. Refugio de gaviotas y de sueños."

Del faro y de la linterna que arroja un haz de luz cada 4 segundos, se encarga Pew, nuestro farero ciego. 
"Pew era sencillamente Pew, un viejo con un montón e historias bajo el brazo, y una forma de freír salchichas que hacía que la piel se engrosara como un casquillo de bala, y a la vez era también un brillante puente que podías cruzar y que, al mirar atrás, te dabas cuenta de que se había desvanecido. Era y no era. Ese era Pew. Algunos días parecía haberse evaporado, fundido en la espuma que azotaba la base del faro, y otros días era el faro mismo. Ahí estaba, con la silueta de Pew, la calma de Pew, coronado de nubes, ciego, pero era la luz que nos iluminaba."

Nuestra encantadora narradora es Silver, una niña huérfana que se queda ensimismada con las historias que le cuenta el viejo farero.

"Los iguales terminan por juntarse. Digan lo que digan sobe los opuestos, los iguales se atraen. El caso es que hay gente distinta, eso es todo. Yo me parezco a mi perro. Tengo la nariz respingona y el pelo rizado, las patas delantera (es decir, los brazos) más cortas que traseras (esto es, las piernas), de modo que existe cierta simetría con mi perro, que es igual pero al revés." 

"Tú no eres como los demás niños. - Decía mi madre -. Y si no puedes sobrevivir en este mundo, mejor será que te construyas uno propio. 

El protagonista de las historias de Pew es Babel, Babel Dark.  
"En algunos aspectos, Babel era como aquel faro. Solitario y reservado. Arrogante sin duda, encerrado en sí mismo. Oscuro. Babel Dark, la luz jamás se prendía en su interior. Los instrumentos estaban en su sitio y perfectamente lustrosos, pero la luz no estaba encendida."
Pero su historia no se entiende sin la de Molly. 
"Molly era una joven tímida, y Babel era sin duda el mozo más apuesto y rico de los que se pavoneaban por el puerto. Primero Molly dijo que no, luego dijo que sí, después volvió a decir que no y, una vez empaquetados y contados todos los síes y los noes, quedó establecido por un escaso margen que iría al baile."
Últimamente estoy así como muy a tope y no dejo de encontrarme libros que me parecen, cada cual, mejor que el anterior. Y es que si no habéis leído todavía a la Winterson, de verdad que no sé qué estáis haciendo con vuestras vidas.

 

lunes, 14 de septiembre de 2015

"Carol" entra en mi vida y los pajaritos vuelven a cantar tras 92 días afónicos.

Cuando dejo a medias un libro de Will, "Macbeth" en este caso (para los nuevos, aquí os pongo en antecedentes), porque me causa una apatía de la que mejor ni hablar, es que la cosa es grave, doctor. MUY GRAVE Y PARA ALARMARSE.


¿Y hay remedio?, me pregunté. Pues no, filliña, pues no. Como todo, es cuestión de tiempo, respondieron con gran sabiduría las voces de mi cabeza.


Caca de la vaca y una mierda pinchada en un palo, vamos. Pero así fue. Efectivamente fue cuestión de tiempo. Concretamente de 92 miserables días sin que me apeteciera un pepino coger un libro. Noventa y dos. Un nueve y dos. Que se dice pronto, eh, pero no pasan tan pronto. Tres mesecitos me pasé sin leer hasta que dos simpáticas mozas entraron en mi vida, Carol y Therese. El sol volvió a salir, los pajaritos volvieron a cantar y todo fue mazo bonito.


Carol y Therese. Therese y Carol. Ay. Doble ay. Y triple, ya puestos. Porque si hacía tres meses que no tenía ganas de leer, hacía muchos más que no leía algo que me atrapase y absorbiese tanto. Y ya ni os cuento cuanto sin encontrar un libro en el que me viese reflejada en alguno de los personajes. Era el libro que andaba buscando y el que necesitaba en ese momento. Y fue chachipiruli. Tanto, que después de haberme ya leído la mitad, devolví el de la biblioteca y me compré uno pa'mí pa'siempre y así poder escribirlo y subrayarlo como si no hubiera mañana. Oh, yeah!

"¿Te gustaría venir este domingo? - Preguntó Carol. Esta vez los ojos grises la miraban fijamente y, por primera vez, Therese se atrevió a mirarlos. Vio que había en ellos cierto matiz de humor. ¿Y qué más? También curiosidad y desafío." 
En "Carol" andamos rondando los años 50 y estamos en Nueva York, que no es que digamos un pueblo pero, ¿dos mujeres que se enamoran? Oh. My. God. Qué escándalo. Pero, ¿y esas cosas pasan en la vida real? Pues sí. En las mejores familias.


Y de eso va "Carol". Así de simple. De una historia de amor sobre dos personas que se encuentran por casualidades de la vida. Therese, una jovenzuela de diecinueve añitos, aspirante a escenógrafa, que trabaja como dependienta en unos grandes almacenes y que sale con un tipo llamado Richard (ya sólo el nombre suena a pelmazo), y Carol, un mujer de mediana edad en pleno proceso de divorcio que entra a comprar una muñeca por Navidad. Se volverán a ver otra vez más. Y otra. Y otra más. Y... Ay. Hasta ahí lo que puedo contar. Sólo de recordarlo ya me hace suspirar como una quinceañera...
"Lo que sentía por Carol era casi amor, pero Carol era una mujer. No es que fuera una locura, es que era felicidad."
Si es que en el fondos soy una moñas...
Que Highsmith domina el suspense es algo que nadie se atrevería a discutir, pero cómo narices consiguió mantenerme pegada al libro durante los escasos días que me duró con una historia tan simple, aunque muy llena de matices, es algo que me deja ojiplática. Aquí no hay más misterio que el que supone ir conociendo a una persona e ir descubriendo, a la vez, partes de uno mismo totalmente inexploradas hasta ese momento. Y es que es así como vamos descubriendo a Carol, a través de los inocentes ojos de Therese, a la vez que a la propia Therese, a quien vamos conociendo a medida que ella se va descubriendo a sí misma. 
"Nacía un mundo ante ella, como un bosque radiante con miles de hojas trémulas." 
Durante toda la lectura estuve atenta, en vilo, expectante, ante cualquier pequeño incidente que pudiese acechar en la siguiente página que, por pequeño que fuera, pudiese alterar la delicada armonía y complicidad que a veces surge entre dos personas. Me tuvo totalmente absorbida y, entre una cosa y otra, con la tontería, que si leo un poco en el bus, que si en la cafetería, que si antes de dormir y un poquito antes de comer, que si tengo un hueco aquí y otro allá, que si no lo tengo me lo busco, que si cancelo el café con Menganita y la comunión de mi prima segunda, menuda locura que me entró con estas dos.


Y es que menudo viaje ha sido "Carol". No sé si es que yo me encontraba excesivamente emocional esos días, si tenía las hormonas revueltas o qué, pero me ha llegado bien adentro. Es de esos libros que tienen algo especial, aunque puede que inapreciable para el ojo ajeno. Puede que me olvide de ciertas cosas, incluso de cómo se sucede la historia, pero jamás me olvidaré cómo me hizo sentir.
"Carol sonrió y la cogió de la mano. Casi al mismo tiempo, se la apretó y la soltó.
 - Sí, te espero."
Gracias, Patri, por esta historia. Llámame y nos tomamos algo.

Tú también puedes llamarme, Ruby.
 Y aquí os dejo esto de regalo. De nada.

lunes, 6 de julio de 2015

"Recortes de mi vida" de Augusten Burroughs y la revelación de que venía usando la palabrar "raro" con demasiada ligereza.

"Todos en casa de los Finch estaban un poco locos. Siempre había alguien levantado a las horas más verosímiles y les daba igual si usabas o no posavasos en la mesa." 
Cuando no llevaba más de un par de páginas de "Recortes de mi vida", me di cuenta de que hasta ese momento había estado usando la palabra "raro" con una intolerable ligereza. Junto al término en la RAE, debería encontrarse el título del libro, porque Recortes de mi vida es raro. Todo lo demás en comparación es asquerosamente normal, ordinario y convencional. Incluso Björk. En serio. Creedme.


Muy normal no puede ser un libro donde dos de los protagonistas, unos críos adolescentes, a primera hora de la mañana deciden destrozar el techo de la cocina porque les deprime. Sí. El techo les deprime. Quieren una claraboya. Una claraboya para que entre luz. ¿Y qué hacen? Pues se ponen manos a la obra lanzando no recuerdo el qué.


Huelga decir que el resultado no fue del todo satisfactorio, terminó entrarndo más luz... y también más agua. Y esto es sólo un ejemplo aislado. Creo que por mucho que lo intente nunca podré hacer justicia al nivel de excentricidad de la historia o de los personajes.
"La línea entre lo normal y la locura parecía imposiblemente delgada. Una persona tendría que ser un experto equilibrista para no caerse."
"Recortes de mi vida" es un collage de las vivencias de Augusten, un chiquillo con una madre que está como una regadera y que es acogido por su psicoanalista, el doctor Finch, en su humilde morada junto a su esposa e hijas, no mucho más cuerdos que su progenitora.
Y mi madre empezó a volverse loca. No loca al estilo de ¡Voy a pintar la cocina de rojo! Sino: Voy a meter la cabeza en el horno de gas, voy a hacer unos sándwiches con pasta de dientes, además de creerse Dios.
Cada capítulo es una pequeña historia que conforma otra más grande, su vida. Es una memoria donde todo es tremendamente random, desde la escritura hasta los acontecimientos. Como tal, le falta ese punto de suspense o el básico principio-nudo-desenlace de toda historia de ficción, pero sigues y sigues leyendo página tras página movido por la fascinación que produce la excéntrica familia Finch (palabra que también había estado usando muy a la ligera) y porque crees que las cosas no pueden ponerse más bizarras, pero oh, sí... Sí, pueden.


 Y lo hacen. Oh, vaya, si lo hacen... 


Palabrita del niño Jesús.


Y es que si tienes una vida como la de Augusten Burroughs, es casi una obligación bien hacer un libro, bien una película o que te den tu propio reality en la MTV. Augusten optó por lo primero, luego le llegó lo segundo. De lo tercero no tengo noticias. Os mantendré informados.
"Es una maravilla que esté siquiera vivo. A veces lo pienso. Pienso que no puedo creer que no me haya suicidado. Pero hay algo en mí que hace que siga adelante. Creo que tiene algo que ver con el mañana, con que siempre habrá uno, y que todo puede cambiar cuando llegue."

¿No queréis conocer vosotros también a los Finch y a Agusten?

lunes, 25 de mayo de 2015

"El pentateuco de Isaac" de Angel Wagenstein. Dos guerras, tres campos de concentración, cinco patrias y... risas. Sí, sí. Risas.


Un libro que se sale del molde habitual del dramatismo y del acabemos-con-toda-la-provisión-de-pañuelos típico de las historias sobre la IIGM, es  "El pentateuco de Isaac"
"No sé porqué la gente es tan tímida para expresar abiertamente delante de todo el mundo su ansía por la otra persona, la más poderosa y tierna atracción natural, en cambio fingen ser orgullosos e indiferentes y no consideran, especialmente si son jóvenes, que las arenas de nuestra vida han sido medidas por Dios hasta el último grano y, que cada cuidadosamente gastado segundo de amor, se vuelve irreversible en la eternidad."
Si alguien me hubiera dicho que me iba a reír a carcajadas con un libro sobre esta cruenta y oscura época de la historia, me hubiera reído, sí, pero en la cara de mi interlocutor. Pero resultó ser cierto y, además, muy ameno y fluido. Y no, no me he fumado nada. Lo juro por Snoopy. De verdad de la buena. ¿Un libro de la IIGM y entretenido? Parecen antónimos, y así es por regla general, pero esta es la excepción que confirma la regla. Wagenstein consigue lo imposible y equilibra ambos elementos como si de toda la vida hubieran ido uno de la mano y partirse el culo con historias sobre la IIGM fuera lo habitual.

Su tono cómico es lo primero que todo el mundo resalta del libro, pero aún así, a mí me cogió por sorpresa. Una que es desconfiada, qué le vamos a hacer. Lo segundo, es que va sobre "la vida de Isaac Jacob Blumenfeld durante dos guerras, en tres campos de concentración y en cinco patrias" Toma ya. Ahí es nada.

También me dice la contraportada del libro que os diga que "esta novela relata el periplo de un sastre judío de Galitzia (antiguo territorio del Imperio Austrohúngaro, actualmente dividido entre Polonia y Ucrania) durante la primera mitad del siglo XX. Debido a los avatares políticos acaecidos en la Europa de la época, Blumenfeld, que nace siendo súbdito del Imperio Austrohúngaro, termina siendo austriaco no sin antes haber sido ciudadano de Polonia, la URSS y el Tercer Reich." Pues no, esta vez no me apetecía hacer un resumen. Vaya por Dios.

Vamos, que todo es así como una dramedy, como dirían los americanos, muy dados a fusionar palabras desde que el mítico Brangelina entró en nuestras vidas. Y es que Wagenstein mezcla comedia y drama con una facilidad apabullante. En medio de un pasaje que en manos de cualquier otro resultaría lacrimógeno nivel Jack-en-Titanic-hundiéndose-a-cámara-lenta-en-medio-del-Atlántico, mezcla el horror y la desesperación de la época con chistes o anécdotas, tremendamente agudas e inteligentes, para desorinarse sobre sus vivencias, cultura y religión judía. Es como si no se tomase la vida más en serio de lo que nadie debería. Y todo so viniendo de un judío en pleno nazismo...
"La fruta de las esperanzas vacías es más amarga que la de la más triste de la verdad"
Un grato descubrimiento. Cambio y corto.


¿Quién lo ha leído? Que levante la mano.

lunes, 4 de mayo de 2015

Rob Thomas, si me estás leyendo, tengo cosas que decirte sobre Veronica Mars y "Mr. Kiss and Tell"



La Vero is back! Y lo hace de la única forma que ella sabe hacer. CONTUNDENTE. APLASTANTE. OH, SÍ.



Aunque vente para aquí, señorito Rob Thomas. No te me escapes. Tengo cosas que quiero decirte.


1. "Mr. Kiss and Tell" como libro es muuuucho mejor que el anterior. Es menos pensado sólo para fans acérrimos (¡coooomo yo!) y más para todo el mundo. Más consistente, mejores tramas y la misma Veronica de siempre. Además del mítico caso que empieza y termina con el libro, está toda la historia de la corrupción y los trapos sucios del cuerpo de policía de Neptune que sigue la trama de Weevil y el accidente de Keith. ¡Punto para tu equipo, Rob!


2. Se acabaron los cameos innecesarios de personajes o tramas un poco metidas con calzador para tenernos contentos y saltando como niños el día de Navidad por volver a ver a Fulanito o Menganita. No es que me queje, yo era la primera que estaba emocionada nivel me-llevaban-a-Disneyland, pero a veces era un poco para gritar ¡venga, ya! Y... creo recordar que en algún momento lo grité. En público. En una cafetería. Así que, bien por tí, Rob.


3. Por fin tenemos un poco más de Logan y eso siempre está bien, aunque aquí hace más de "novio de" que de Logan Echolls, ese chico tan majo y salado que se metía en berenjenales con la Vero. Ahora se sigue metiendo en berenjenales pero de otra clase y parece limitarse a marcar músculo y/o llevar uniforme, dejando a salvo unas páginas donde nos cuenta un poco sobre su vida durante los 9 años que pasaron separados. ¡Buuuuuuuuh! NO ES SUFICIENTE.

Llamadme rara, pero esto me la sopla. Bastante

4. Qué sí, que lo de Logan y Veronica tiene que ser épico y todo eso, pero... ¿es necesario que lo sea TANTO? Un poco de respiro para los tortolitos y para mi corazoncito, por favor. Aunque... hay un perrito de por medio y... Ay. Sí. Repito. Un. Perrito. ¿Qué será lo siguiente? ¿Campanas de boda?


5. Y otra cosa que ya dije del anterior libro y sobre lo que me vuelvo a pronunciar, ¿dónde cojones están los mordaces comentarios de Verónica? ¿Hola? Esa tía hablaba sarcasmo fluído y las soltaba cuan ametralladora, sin dar respiro. Ahora parece un poco desentrenada y yo estoy que me subo por las paredes. Sigo reiterando que la primera persona hubiera sido un enfoque más acertado. Neno, ¿me oyes? Deja de ignorarme.

Se ve que no. Jum.
 6. Digamos que, como así hacia más o menos el final, no le hubiera hecho ascos a algún giro inesperado de guión. Lo hubieras bordado, majo. Pero bueno, a pesar de eso, mantuviste el ritmo y pim pam pum, capítulo por aquí, capítulo por allá, me ventilé el libro en un santiamén.



Y ahora puedes olvidarte de todo lo que te acabo de decir porque me estoy quejando por puro vicio. La Vero se sigue saliendo y sigue siendo mi namber uan.

Baja Modesto, que sube Veronica.

lunes, 27 de abril de 2015

"We should all be feminists" de Chimamanda Ngozi Adichie. El tamaño no importa.

O por lo menos en este caso, porque este libro tan chiquirritiño es muy grande.

 
"What it shows is how the word feminist is so heavy with baggage, negative baggage: you hate men, you hate bras, you hate African culture, you think women should always be in charge, you don't wear make-up, you don't shave, you're always angry, you don't have a sense of humor, you don't use deodorant."  
48 páginas y 16cm x 11cm x 0'5cm le bastan a Chimamanda para argumentar y fundamentar de forma elocuente, sencilla, y partiendo de experiencias personales en su Nigeria natal, qué significa para ella el concepto de feminismo hoy en día.

"We Should All Be Feminists" es la versión escrita del TED talk de la muchacha. Un vídeo que se convirtió en must de TED en un tris y, que ahora, es un must para cualquier estantería. 
Su punto de vista deja la ira, los rencores y las acusaciones sobre quién tiene o no tiene la culpa de la situación de los géneros actual, en casa, y nos ofrece su opinión desde la ironía y el sentido del humor. Todo ello envuelto en una presentación que busca no sólo decir lo que piensa sino que también entretener a la audiencia.
Durante la lectura me pillé asintiendo repetidamente, gritando "amen, sistah!" varias veces, soltando alguna risita aquí y allá con sus chistes y enfurruñándome ante la desilusión de saber que las tres últimas páginas eran sólo unas meras notas sobre el autor y no más Chimamanda. Porque yo quería más. Mucho más. Pero me quedé con las ganas. Aunque ya se sabe, las grandes esencias se guardan en frascos pequeños.
"I would like to ask that we begin to dream about and plan for a different world. A fairer world. A world of happier men and happier women who are truer to themselves. And this is how to start: We must raise our daughters differently. We must raise our sons differently..."
LEED el libro. VED el vídeo. Me lo agradeceréis for ever and ever (se admite cualquier tipo de agasajo como gratificación, aunque se ruega que sea en libros. O gominolas).

                 
  
"Culture does not make people. People make culture. If it is true that the full humanity of women is not our culture, then we can and must make it our culture."
PD: Si he escrito bien el nombre de Chimamanda Ngozi Adichie, me merezco una galleta. Como mínimo.

lunes, 20 de abril de 2015

"La flecha del tiempo" de Martin Amis. ¡Huid, insensatos! ¡Huid!


Para meteros en materia diré que "La flecha del tiempo" es un libro que está escrito al revés y que comienza con un hombre medio muerto en una mesa de operaciones. A partir de ahí, su conciencia nos va narrando su vida... al revés. Al. Revés. Sí, sí. Y no en plan Benjamin Button, donde el hombre era viejuno y luego terminaba siendo un retoño pero el resto del mundo iba pa'lante. No, no. Aquí TODO va al revés en plan ver una peli mientras la estás rebobinando. El hombre se levanta de noche, se mueve hacia atrás y primero la comida se encuentra en sus estómago y después en su plato. Así con todo. Imaginaos lo bonitos que son los partos, lo de plantar un pino en el váter y cualquier otra cosa desagradable que se os pase por vuestras lindas cabecitas. CUALQUIERA.


Al principio andaba un poco perdida y estaba en plan ¿WTF? ¿Qué es esto? Esto no tiene sentido alguno. ¿O sí? Ah, claro, que la historia va al revés... Jo, que lío. Vuelta a leer el párrafo de nuevo. Y así, over and over again.


Luego, finalmente, me situé y ¡hala! ¡Cuanta originalidad junta! Un libro escrito al revés. No sé cómo no se le había ocurrido a nadie antes... Podría estar bien. La idea es buena. Veamos como se desarrollan los acontecimientos.


Un capítulo después: ¿Qué porqué no se le ocurrió a nadie antes? PUES PORQUE ES IMPOSIBLE LEER ESTO Y METERSE EN LA HISTORIA. Ahora entiendo porque la gente escribe los libros del derecho. No es una moda. Se le llama ser prácticos y mostrar piedad con el lector. 

Y aún por encima, es que NO PASA ABSOLUTAMENTE NADA. Lees el primer capítulo, y oye, por curiosidad y tal, por leer algo diferente, pues está bien, pero ya todo un libro que no son más que 150 páginas pero que parece un Ken Follet de largo... pues no. Es difícil de seguir la historia, de los personajes no sabemos nada porque nadie se molesta en decirnos demasiado y, salvo alguna frase chula que anda un poco perdida por ahí, no salvo nada de la quema. Y por si esto fuera poco, resulta que Amis se pasa como ciento y algo páginas preparándonos para el penúltimo capítulo, el que supuestamente es la caña, cosa que yo no dudo, pero es que estaba tan hasta el culo en el segundo que es en plan tío, acaba ya que esto me está resultando un coñazo.

Esta fui yo durante todo el libro. En versión un poco menos choni.
No había forma humana de disfrutar de esto. Y el final parecía no llegar. Y yo creí morir varias veces pero no tuve tanta suerte. Y como era para mi club de lectura tenía que leerlo ENTERITO. Mátame camión.


... Y de repente, cuando ya había perdido toda mi fe en la humanidad, el milagro ocurrió y vi la luz al final del tunel. El director del club nos preguntó si queríamos dejarlo.


OHDIOSMIO. ¡Albricias! ¡Hoy es mi día de suerte! Debería jugar a la lotería. Y a la ruleta. E irme a Las Vegas a apostar todos mis ahorros. Mis plegarias han sido contestadas... O no. Resulta que las jubiladas del club se opusieron diciendo que ya que habíamos llegado tan lejos ahora lo terminábamos.


¡Nooooooooooooooooo! ¿Pero quién les ha preguntado? ¡Qué se callen! No saben lo que dicen. ¿Por quéeeee? ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Sí, por favor.
Y, tras mucha sangre, sudor y lágrimas, llegué a la última de las páginas. Cuanto menos, me sentí renacer. Por fin era libre cuan pajarillo de semejante tedio. No creí que ese día llegara nunca.


¿Y que qué opino del libro? No voy a ser yo quien ponga en duda su calidad literaria pero...


He dicho.

Huid vosotros que aún estáis a tiempo. ¡Huid, insensatos! ¡Huid!


¿Lo habéis leído?

lunes, 9 de marzo de 2015

"Someday, someday, maybe" de Lauren Graham (quién, por cierto, sigue estando invitada a mi fiesta de pijamas)


“Do you have any idea how few actors make it? people always say. “You need a backup plan” I don’t like to think about it – the only thing I’ve ever wanted to be is an actor.
Fiuuuu... ¡Menudo alivio! El libro estuvo bien, pero que muuuuuy bien. Estaba realmente preocupada por si era un truño como suele suceder en la mayoría de los casos en los que alguien de la farándula se dedica a esto de escribir... ¡Pero no! ¡Albricias! Esta vez no.



Para los incultos y despistados, Lauren Graham es Lorelai de Las chicas Gilmore, personaje que venero desde tiempos inmemoriales y, razón por la cual, coger el libro me daba miedito. Nada volvería a ser lo mismo sabendo que ha escrito una bazofia. Nada. Y eso sería trágico porque me parto con esa mujer. Pero bueno, dejemos a un lado los dramas porque todo eso ya ha pasado y puedo respirar tranquila. Además, que su libro haya estado bien no, lo siguiente, significa que Lauren sigue estando en mi top 5 de personas favoritas a las que invitaría a mi fiesta de pijamas. 


"Someday, Someday, Maybe" tiene como protagonista a Franny, una patosa y adorable aspirante a actriz que lidia con los míticos problemas de veinteañeros sobre el trabajo, compañeros de piso, y la tocapelotas pregunta sobre de qué narices va esto de la vida. ¿Y sabéis cual es el trabajo que evita que la entrañable Franny viva bajo un puente? Repasemos. Veinteañera. Aspirante a actriz... ¿No lo sabéis? ¡Camarera! Ja, esa no la veíais venir, ¿eh? Pues yo sí.
La moza llega a la Gran Manzana hace dos años y medio y se promete que si no consigue ganarse las lentejas con la actuación en tres años, se replanteará su futuro. Si mis cuentas no me fallan, si a tres años le quitamos dos y medio... tenemos... ¡Oh my god! 6 meses sólo.  


Y a partir de ahí empieza todo el divertido embrollo.

Para qué negar que el libro es literatura ligera. Tanto que un día con un poco de viento, allá se nos va con la primera ráfaga que sople. Te hace pasar un buen rato y ya. Tampoco le pidamos peras al olmo. Está llena de clichés y es una historia que no le cambiará la vida a nadie. Pero. Siempre hay un "pero", aunque en este caso es bueno. Ni me enteré de todo eso gracias al irresistible encanto y las adorables peculiaridades y extravagancias de Franny y a la elocuencia y el estilo de Grahan. Del tipo ese que hace que escribir parezca coser y cantar. Ya sabéis, el tipo ese de me-hago-las-uñas-cocino-vigilo-a-los-niños-y-escribo-al-mismo-tiempo-y-no-me-despeino. Es como si un buen día se levantara y se preguntara a sí misma "¿Qué puedo hacer hoy? Hmm... ¿Yoga? Nah. ¿Irme a Zara? Nah... ¡Escribiré un libro! ¿Por qué no? Parece divertido." Y así lo hizo. Y le doy las gracias.


Hubo momentos en los que temblaba porque parecía que la historia se iba por unos derroteros que asemejaban demasiado a una comedia romántica de sobremesa y esas me dan un poco de alergia, pero antes de poder sacar mis uñas para destrozarlo, Graham arregla el pastel y aquí paz y después gloria. Así, en general, "Someday, Someday, Maybe" es extravagante y divertido y entretenido y... Vamos, que me encantó. De principio a fin. No tengo queja. No me había mondado tanto con un libro desde que Bridget entró en mi vida hace... ¿Quién sabe qué año era aquello?

Hay algo que está claro: No pasará a la prosperidad. Puede que dentro de unos años ya nadie se acuerde de él. Tampoco será incluido en ninguna lista de los mejores libros, pero ya se coló en mi lista de libros con los que quiero acurrucarme por las noches porque es muy monoso.



¿Lo habéis leído? ¿Algún fan del sarcasmo de Lorelai Gilmore?

lunes, 9 de febrero de 2015

"Cometas en el cielo" de Khaled Hosseini. Tengo 99 problemas, pero que el prota sea insufrible no es uno de ellos.

(Por si a alguien se le ha escapado la referencia a Jay-Z)

Veamos... Desde hace un año, día arriba, día abajo, intento con todas mis fuerzas dejar mi snobismo a un lado pero me topo con un libro como este y, claro, recaigo. Y con fuerza. Y todos mis prejuicios sobre los best-sellers vuelven. Y yo no quiero... DE verdad de la buena, pero es que no puedo evitarlo. 


"Cometas en el cielo" cuenta la historia de Amir, quien vive su infancia en el Afganistán de antes de la guerra. Proviene de una familia acomodada y respetada, y habiendo perdido a su madre, vive con su padre, con su criado y con el hijo de éste, Hassan. Los dos son super mejores amigos un poco cuando a Amir le conviene y no hay nadie alrededor que lo juzgue por estar con alguien de inferior clase social. Un trágico suceso pone su amistad a prueba y, junto con un cúmulo de sucesos, eventos y acontecimientos que no pueden evitar, sus vidas cambian para siempre.

Que el prota sea egoísta, un cobardica e insufrible, pues más bien, como que me da igual. Puede gustarme la gente insufrible (Hola, Holden Caufield), pero sí que los tengo, y muchos, cuando el libro está mal escrito y, si aún por encima, la gente lo pone por las nubes, ya ni te cuento. Me enajeno.

"Cometas en el cielo" se publicó CASUALMENTE poco después de los atentados del 11 de septiembre y está pensado para que los americanos se sientan bien consigo mismos. Está repleto de condescendencia, los talibanes son villanos casi caricaturescos, los datos sobre Afganistán son de nivel Wikipedia y desprende un tufillo a manuscrito reescrito por editor que sabe dónde meter y quitar palabras para vender libros por doquier.


El primer tercio del libro es chachipiruli. Tiene un montonazo de potencial. Trata temas como la religión, las diferencias entra clases sociales y etnias y las relaciones de amistad entre ellas. Potencial del bueno. Estaba on fire con él cuando lo empecé. Creí incluso que estaba un paso más cerca de superar mi esnobismo... Ay, ingenua de mí... Las preguntas que se plantean resultan interesantes, pero luego, medio se olvida de ellas y todo es meh, después se vuelve un poco más meh con unos giros de guión propios de una serie americana con demasiadas temporadas y guionistas faltos de ideas, luego sigue decayendo la cosa y cuando crees que ya no puede ir a peor... el final... EL FINAL. Es en plan chao, pescao. Acepto una coincidencia para hacer que la trama avance, pero dos, tres, cuatro no. Y menos una detrás de otra justo durante el desenlace. Hasta aquí llegamos.


Los personajes... ¿Qué decir de ellos? Pues que son más acartonados que una caja de cereales. O mu' buenos o mu' malos. Sabemos un par de cosas de ellos y con eso tenemos que tirar pa' lante.
La escritura en sí tampoco es para tirar cohetes y peca de pretenciosa. Quiere ser más que lo que és. Quiere pero no puede. Hosseini intenta que su prosa sea rica, tanto en lenguaje como en imágenes, pero sus recursos son probres y los clichés resultan abundantes.
Hosseini optó por la primera persona para narrarlo. Para hacerlo más personal y esas cosas, pero ¿es que acaso no se enteró de lo complicado que es dominarla y que la historia resulte creíble para el lector? Por no mencionar esas palabras que mete en farsi por puro vicio y para lucirse. El protagonista y narrador se supone que habla en farsi, pero nos cuenta la historia traducida al inglés o español o el idioma en el que decidáis leer el libro, peeeero deja algunas palabras en farsi porque queda muy bonitiño aunque nosotros no tengamos ni idea de lo que significan. En ocasiones incluso nos explica el significado... ¿Ein? ¿Hola? ¿Cuando alguien traduce algo y deja parte en el idioma original yyyyy además explica qué significa?

Bueno, y casi mejor que paro aquí, no vaya a ser que me gane enemigos. Cómo véis, me gustó mucho. Mucho mucho.



¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido?