La cosa es que, a mí, la forma en la que escribes y tratas los problemas de la alta sociedad, su aburrimiento, frivolidad y superficialidad, y como, así como quien pasa por el vecindario, me tocas la fibra sensible tocando cuestiones existenciales o me sueltas frases que me dan ganas de tatuarme a fuego con una facilidad pasmosa, pues como que me pone un poco. Da igual cuantos eones haga que me leí "Al otro lado del paraíso" siempre me acordaré de cuando Armory murmuró "Soy un cínico idealista" o de cuando en "Hermosos y malditos" se refieren a Gloria diciendo "El sentido de la responsabilidad la estropearía. Es demasiado preciosa." Y a Jay Gatsby y Daisy Buchanan mejor los dejamos a un lado porque sino me pongo tonta. En serio, tío, es escuchar tu nombre y...
Si no hubiese sido por mi compi de lectura (aquí su reseña), lo hubiese devuelto a la estantería de la que vino mucho antes (Léase "mucho antes" como "tras pasar la primera parte"). Y lo siento si ves tu hombría ultrajada, pero tu mujer escribió un libro mejor que el tuyo con "Save me the waltz" (Zelda, I love you. Que no se entere Francis pero... A tí sí que te tiraría mi ropa interior. Guiñoguiño codazocodazo).
Volviendo al tema, si este hubiese sido el primer libro que leo de tí, siento informarte que nuestro idilio literario no hubiera ni llegado a rollo de una noche y te hubiera dejado con el "¿estudias o trabajas?" en la boca porque ¿qué quieres que te diga? Me costó Dios y la ayuda leerlo. Qué rollazo, tronco.
Pasada la primera parte (divina, por cierto) donde todo transcurre en la Riviera francesa y en el París de los locos años 20, allí estaba yo en pleno oh là là, cuando llega lo inesperado, un interminable tedio. La historia se vuelve meh y los personajes insoportables e indecisos y, por si fuera poco, los más interesantes duran dos telediarios. ¡Ah! Y de los sofisticados aires parisinos ya ni rastro. Qué me devuelvan el dinero.
Así me quedé yo también, Gwyneth. |
Hala, hasta la próxima, chaval. Que te cunda.
¡Jajajaja! Las cosas claras. Pues sí, una primera parte divina, puro "locos años 20", con champán a raudales, excéntricidades en las fiestas y duelo incluído. Pero después... Es que es irse Abbe North de esas páginas y perder encanto a todo trapo. Para mí Fitzgerald sigue siendo uno de los grandes narradores del siglo XX, pero los protas de "Suave es la noche" no pasarán a la posteridad.
ResponderEliminarTenemos que quitarnos el mal sabor de lectura. Un besote.
P.D.: Te prometo que leo a Zelda.
Ainsss con lo que prometía el título, eh? Solo he leído El gran Gatsby y el cuento aquel de Benjamin Button.
ResponderEliminarTengo muy pendiente a este Francis xD
Un beso
Sonrío porque Fitzgerald es un autor que a mí me provoca muchos contrastes, lecturas inolvidables con otras que... bah, buf... puaff. No sé, llegué a pensar que era yo, pero ahora me siento un poco más optimista :)
ResponderEliminarUn abrazo
Me olvido de estrenarme con este libro con el autor!
ResponderEliminarBesos
Jajajaja, entonces, como dice Carax, mejor estrenarnos con el autor con otro libro.
ResponderEliminarUn beso!
Oooh! Pues pensaba seguir con el amigo Francis con este libro, pero creo que mejor me paso a otro de los que has recomendado al principio, así no me decepciona.
ResponderEliminarUn beso.
Me encantó El Gran Gatsby, así que este... ¡no lo voy ni a oler de lejos! No quiero que me amargue mi imagen de Francis... (¿creíais que eras la única que lo llamaba así? ;D)
ResponderEliminar¡Gracias por ahorrarnos algún que otro muermo! XD
Jajajaja anotada queda la decepción :) Yo es que a Fitzgerald también le hago ojitos después de haber amado a Gatsby y Hermosos y malditos…en fin dejemos la noche "suave o no" para mucho, muuuucho más adelante :)
ResponderEliminar¡Un beso!
xDD Yo sólo he leído El Gran gatsby pero tengo Hermosos y malditos por casa. Si algún día me decido con Suave es la noche ya voy prevenida. Besos!
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