Después de Bruce Springsteen. Y de Emma Stone. Bueno, después está Bowie, y Caitlin Moran... Y eso si contamos a los que están vivos, porque de entre los que ya estiraron la pata estaría Sylvia Plath, Virginia Woolf... Dejémoslo en que es una de las muchas personas favoritas que tengo, qué tampoco está mal, oye.
Los audiolibros son un invento que (re)descubrí hace poco (quién dice poco, dice hace cinco meses), y desde entonces estoy totally on fire con ellos.
Su única parte negativa es que son más adictivos que el crack y si estoy escuchando uno y me pongo a limpiar, digamos la cocina, lo hago a fondo y con más eficiencia que el equipo del anuncio de KH7 aún cuando pedí una pizza y no manché más que un plato porque tengo que escuchar un capítulo más. Llego tarde a los sitios (más tarde de lo habitual) porque o cojo el camino más largo o ralentizo mi paso si mi sentido arácnido presiente que hay un cliffhanger coming. Imaginaros que se avecina el momento en el que Darcy le dice a Elizabeth eso de "Permítame que le manifieste cuan ardientemente la admiro y la amo", qué haríais vosotros sino, ¿eh? Lo suponía. Incluso me llego a poner en plan lost in the supermarket con el carrito de la compra fingiendo que no encuentro lo que estoy buscando para poder escuchar un poquitito más.
No sé cómo tardé tanto en cogerles el gusto. Esta era como la segunda o tercera vez que los había probado pero nunca me habían entusiasmado demasiado. Al principio, los escuchaba antes de irme a dormir, y era coger una postura mínimamente cómoda y zzzzzzz... Adiós, muy buenas. Luego los probé mientras hacía ejercicio porque era el momento que todo el mundo recomendaba para escucharlos, pero a mí me cortaban el rollo y no era capaz de mantener el ritmo. Yo necesito música de dudosa calidad con letras que matan a un poeta y a un gatito cada vez que alguien las escucha para me motive a sudar la camiseta.
La que ha tenido la culpa de haberme enganchado es Tina Fey y su divertida memoria "Bossypants". Después fueron otros muchos cada uno de su padre y de su madre ("El club de lectura del final de tu vida", es de los que más me entusiasmaron), pero siempre vuelvo a Tina y al resto de su panda porque son con quien mejor me lo paso: Chelsea Handler, Ellen Degeneres, Amy Poehler y demás diosas de la comedia americanas. Sus audiolibros tienen el puntazo de estar narrados por ellas mismas y son los miticos que resultan tan graciosos que mejor que uno de sus chistes no te pille bebiendo algo porque corres el riesgo de que el líquido ingerido vuelva a salir por donde entró. Son hilarantes. Lo que conlleva a tener que luchar por reprimir mis emociones y reacciones ante sus anécdotas y chistes varios cuando estoy en un lugar público.
Pero mis buenas intenciones siempre duran poco y mi intento de mantener la compostura y de no asustar al personal duró poco y pasé a reirme sola en medio de la calle, poner cara de WTF en el autobús y poner al de enfrente en la duda de si es por él, y a hacer una variedad de gestos sólo admitidos en el ámbito social cuando no eres una persona muy equilibrada.
Bah. Me da igual porque ¿y lo bien que me lo paso qué? A mí plín, yo duermo en Pikolín.
Si todavía no habéis probado los audilibros, ¿a qué esperáis?
Lo del audiolibro me parece una idea genial. Para los libros en otro idioma es perfecto. Besos.
ResponderEliminarEs una buenísima manera de practicar :)
EliminarSon geniales para limpiar o montar en bici.
ResponderEliminarBesos
Me estoy riendo la vida con tus gifs y tu "A mi plín, yo duermo en Pikolin".
ResponderEliminarPues no lo he probado nunca y después de tu entrada tan entusiasta, habrá que hacerlo, ¿no?
Hazlo! No te arrepentirás, ya verás. Cuidado que enganchan ;)
EliminarDespués de solucionar mi incontinencia, decir que yo soy de las que zzzz con los audiolibros, aunque tengo la teoría de que es por no haber encontrado alguien que haga voces. Es decir, todo lo que he escuchado es tan monótono que no sé si me están narrando una historia o dando un sermón. Pero me encantaría hacerme fan de ellos T_T
ResponderEliminarEs que hay algunos que podrían solucionar los problemas de insomnio de media humanidad... A mí los que más me gustan son los que están narrados por actores porque saben lo que hacen. David Tennant incluso se atrevió con algunos.
Eliminarjajajajajaa Me matas! Genial entrada! Yo nunca los he probado, habrá que ver!
ResponderEliminarBesos
Anímate! :)
EliminarMe encantan tus personas favoritas :) (bueno, a Caitlin Moran no la conozco todavía, pero le tengo ganas, ya me cae bien antes de leerla).
ResponderEliminarMe llaman mucho los audiolibros, y sospecho que también entraría en estado eufórico cuando los descubriera, que encajarían conmigo. Pero no sé, me da miedo también añadir una adicción más a las que ya tengo :) Y viéndote a ti, me doy miedo a mí misma :)
Muy divertida la entrada. Y muy provocadora también! :)
besos!
No los he probado todavía, pero si que me he planteado hacerlo varias veces. Habrá que probarlo.
ResponderEliminarEl gif de Leonardo DiCaprio con la frase a mí plin, yo duermo en Pikolín, me ha matado XD
Un beso.
Eres afortunada, yo me desconcentro muy fácilmente y siempre que me he puesto a escuchar alguno, al final no me he enterado de nada :(
ResponderEliminarUn beso!!
Yo creo que no he acertado con mis elecciones, porque todos los que he elegido se me hacían muy monótonos. No he tenido la suerte de encontrar en español a alguien capaz de darles un puntillo interesante, de modular la voz y no hacerlo todo lineal. Seguiré buscando, que quizás me estoy perdiendo algo genial.
ResponderEliminarPor cierto, te he dejado un premio en mi blog. Pásate cuando puedas.
Besotes.
http://bordedelarealidad.blogspot.com.es/2014/11/premio-best-blog-para-el-borde-de-la.html
¡Hola!
ResponderEliminarNunca lo he probado, pero no sé, no me terminan de llamar lo suficiente. Yo me despisto muy pronto y creo que no me concentraría lo suficiente, aunque todo será cuestión de probar, la verdad.
Un beso